Un motivo muy común en la consulta del médico, especialmente en la de cardiología, son los soplos; la incertidumbre suele superar la mayoría de veces, la gravedad de tal diagnóstico, en todas las edades.
Un soplo es un sonido que los médicos percibimos cuando auscultamos el corazón con el fonendoscopio, originado por la turbulencia de la sangre al pasar por las cavidades y válvulas del corazón, no implicando que éste sea de gravedad o que constituya un problema. Ya que tenemos que hacernos la idea de que el soplo cardíaco es un sonido y no una enfermedad, debemos ser conscientes de ello para no crear preocupaciones en vano. ¿Cómo se origina? Un soplo puede originarse por uno o varios de los siguientes motivos:
• El aumento del flujo de sangre al atravesar un orificio, como puede ser, una válvula normal (ésta es la principal causa de los soplos funcionales).
• Flujo sanguíneo al pasar por una válvula estrecha o estenótica.
• La regurgitación de sangre a través de una válvula insuficiente o un defecto congénito.
• Por la vibración de una estructura libre dentro del corazón; como una cuerda tendinosa, la cual es una estructura normal en el corazón. Habitualmente, el médico o cardiólogo, tras auscultarle, como parte de un examen físico, y teniendo en cuenta su historia clínica, edad y antecedentes, puede sospechar la gravedad o no, del soplo y si éste conlleva un problema para el corazón, tanto en el presente como en un futuro. Aunque la mayoría de veces no es más que un soplo funcional. ¿Qué estudios confirman la gravedad del soplo? En ocasiones, se suele complementar el estudio con un ecocardiograma, que consiste en una ecografía del corazón, posibilitando de forma relativamente rápida, inocua y sencilla, comprobar el origen del soplo, especialmente durante la infancia y saber si éste es un soplo funcional y no refleja ninguna anomalía cardíaca. Diversas pruebas como el electrocardiograma, o la radiografía de tórax no suelen ser actualmente las más idóneas para confirmar o descartar enfermedad cardíaca, aunque complementan el estudio una vez realizado el ecocardiograma, en caso de haber encontrado alguna afección.
En caso de confirmar, como ocurre en la mayoría de los casos, que éste no constituye ninguna afectación considerable, su corazón está sano y en muchas ocasiones no debe realizar posteriores revisiones. ¿Qué es un soplo fisiológico-funcional? Son soplos que se presentan en un corazón sano, donde la causa suele estar fuera del mismo. En los adultos es frecuente encontrarlos en las embarazadas, ya que la gestación supone una sobrecarga del volumen sanguíneo. La sangre circula a mayor velocidad por las válvulas y hace posible escucharlos durante este periodo, desapareciendo generalmente tras el parto. La fiebre, anemia y la deshidratación son otros estados que también favorecen que auscultemos soplos funcionales. Otras situaciones que pueden provocar soplos funcionales son el hipertiroidismo o las taquicardias mantenidas. Los soplos en el corazón durante la infancia, ¿son frecuentes? Hasta en un 50% de los niños puede auscultarse un soplo cardíaco, tratándose en la mayoría de un soplo “inocente”. Esto puede variar en las diferentes edades: es más probable que se trate de un soplo funcional en los niños mayores y que haya una anomalía cardíaca en los neonatos y lactantes, sin olvidarnos que la frecuencia de estas malformaciones congénitas es inferior al 1%. Mi hijo tiene un soplo funcional. ¿Puede hacer vida normal? No es una amenaza para su salud. Si se trata de un niño, puede correr, saltar y jugar sin ningún límite de actividad. No necesitará tomar medicamentos ni cuidarse de forma especial, ya que un soplo inocente no indica enfermedad del corazón. ¿Qué implica ser un adulto o anciano y tener un soplo cardíaco? En el caso de adultos, especialmente en mayores y ancianos, el hecho de presentar un soplo cardíaco suele ser consecuente, aunque no siempre, a un engrosamiento de las válvulas cardíacas, debido a la degeneración o envejecimiento de éstas. Si bien muchos casos puede estar relacionado con malos hábitos de vida, la presencia de estos hallazgos no supone un estado de enfermedad, sino mas bien, una consecuencia del propio envejecimiento, pudiendo aclararlo con las técnicas antes comentadas, en forma certera y simple.
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