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UNA CUESTIÓN DE ACTITUD

Félix Soria, Corazón de León


 

Innumerables veces los profesionales de la salud, nos preguntamos por qué ante un mismo problema de salud, diagnosticado en pacientes de iguales características y en similares momentos, unos evolucionan de una manera y otros de otra; para algunos termina siendo un episodio en su vida, cuando otros dejan su vida en este episodio. ¿Puede la ciencia actualmente explicarnos ese factor añadido?

¿Qué papel juega la mente tanto en el desarrollo como en la recuperación de una enfermedad, ante similares protocolos de tratamientos?

Estas preguntas son muy difíciles de contestar en forma aislada, pero la vida y sus múltiples rincones, en este ex boxeador mallorquín de 33 años, de peso súper-ligero, actualmente profesor de boxeo y de Cross fit®, nos enseña como la actitud ante la vida, puede marcar grandes y trascendentales diferencias.

Con 18 años en plena escalada de una prometedora vida pugilística y aspirante a la selección nacional, unos terribles dolores en sus piernas, que los confundió con exceso de entrenamiento y le obligaron a realizar trabajos de rodillas, motivaron que su hermano tuviera que trasladarlo “a caballito” al centro de salud más cercano. Después de varias consultas, finalmente recibió un terrible golpe de KO que lo sorprendió con la guardia baja, haciendo que sonara la campana.

En la consulta del médico del por aquel entonces, Hospital Son Dureta, en compañía de sus seres queridos, escuchó la escalofriante palabra de Leucemia, que justificaba la larga procesión de terribles dolores que por primera vez espaciaban sus arduos entrenamientos. Recuerda que en ese momento toda su familia, especialmente su madre y hermana, rompieron en gritos y lágrimas, lo que a él le sorprendió ya que denotaba la gravedad del asunto, así que hizo salir a todos afuera de la sala y en privado le preguntó al médico: “¿Esto tiene cura? Porque viendo la reacción de todos y la suya, parece que me voy a morir ahora mismo”. A lo que el galeno respondió: “Solo hay un 30% de probabilidades de curación”. Seguidamente Félix exclamó: “Entonces no hay problema”.

 

 

 Recuerda que al comenzar con el tratamiento de quimioterapia, podía salir cada 2-3 semanas a su casa, donde seguía entrenando, pero durante solo 3-4 días, ya que presentaba muchas recaídas y cualquier resfriado lo dejaba en el abismo. Llegó a estar 21 días en aislamiento, con lesiones en la boca y esófago, que le imposibilitaban comer y beber, aclara él mismo: Sin duda fue el momento más cercano a la muerte que tuvo.

“Never Give Up”

Al entrevistarlo sobre esa difícil etapa de su vida, Félix nos trasmite la impresión como si habláramos de otra persona, percibimos como si no hubiera tomado completa consciencia de haber sufrido una grave enfermedad que, en muchos casos, tiene fatídicas consecuencias. Eso nunca estuvo en su mente. A pesar de haber visto como de un día para otro, muchos compañeros de habitación que se volvieron amigos en el hospital, con su misma dolencia no despertaban con él. Viene a su memoria Toni, otro amigo que no pudo despedir.

Nos cuenta que sabía que podía ser el próximo, por lo que tras el alta después de más de un año ingresado en el Hospital, a pesar la gran incertidumbre que le generaba saber que en los próximos 5 años la enfermedad podía volver y que todo el sacrificio hasta ese momento, hubiera sido casi en vano, hizo caso omiso de las recomendaciones médicas de no entrenar, de evitar el sol y muchas aceleraciones. Empezó a entrenar muy progresivamente, pero con un objetivo en claro: se enfocaría completamente en el boxeo y prepararía los campeonatos nacionales, que se celebrarían al año siguiente.

Nuevamente nos viene a la cabeza la duda…

 

 

 ¿Será que su mente, a modo de director de orquesta, dirigió todo la defensa de su organismo, modulada por neurotransmisores y hormonas que en conjunto con la terapia médica clásica, permitieron que en tan solo 500 días del alta, le dedicara a su médico, su flamante título de campeón de España de Boxeo en su categoría?

Y desde ahí con 20 años, fue un no parar, con 13 peleas en un año, todas ellas terminadas con su mano alzada sostenida por el árbitro y con una sonrisa resplandeciente.

Nos cuenta que la enfermedad le cambió, lo volvió una persona pragmática, valiente, sin miedo, directamente al grano, fiel a lo que quiere, tomando lo que verdaderamente le hace bien y dejando de lado personas y hábitos que no le suman, solo quedándose con lo bueno para él, sin rodeos, curar las heridas y seguir avanzando.

Nuevamente con 26 años volvía a pisar los hospitales, esta vez para encontrar al primero de ocho médicos consultados que aceptó operarlo de un hernia cervical, para poder seguir compitiendo. Después de cinco combates, se retiró del boxeo profesional tras perder el título nacional en su categoría, ya que al presentar una prótesis cervical, esta lo paralizaba en medio del combate.

Al retirarse se dedicó afanosamente a la enseñanza de lo que siempre amó, motivando a sus alumnos para que saquen el 100% de sus posibilidades, demostrándoles a ellos que pueden ser aún mejor que él, que muchas veces el adversario es uno mismo y que deben creer en todo su potencial, para darlo todo tanto en el cuadrilátero, como en la vida. Sus alumnos lo ven claro, no solo predica con palabras, es que Félix es el primero en entregarlo todo.

 

Pero este éxito en su vida deportiva también ha sido acompañado de éxito en su vida personal. Basta con detenernos en el momento que habla de su esposa, la emoción que le llega, derrite sus ojos en finas lágrimas que rápidamente intenta disimular. Está claro que así como entrena, ama, vive y así es como se entrega; desde cualquier alumno novato que le consulta cómo pegar el “Crochet de derecha” hasta un amigo al que le presta el oído para un consejo.

 

Al terminar, queríamos felicitar a Félix por su disposición y lo doloroso que puede ser traer recuerdos de un episodio difícil de su vida, y él se apura para aclararnos, si esto puede ayudar y motivar a gente, lo haría mil veces más.

 

“Porque tener facilidad para un gesto deportivo, suma; tener un don, suma; ser muy inteligente, suma; tener un cuerpo atlético, suma; pero tener actitud para emprender lo que sea en la vida, multiplica”

 

“… Imposible es sólo una palabra que usan los hombres débiles para vivir fácilmente en el mundo que se les dio, sin atreverse a explorar el poder que tienen para cambiarlo.

Imposible no es un hecho, es una opinión. Imposible no es una declaración, es un reto. Imposible es potencial. Imposible es Temporal, Imposible no es nada…”

Cassius Klay-Muhhamad Ali


Dr. Cristian Casseus Schurig - Cardiólogo



* El Dr. Casseus Schurig, Médico Cardiólogo especialista en Ecocardiografía de avanzada y Cardiología deportiva. Actualmente ejerce su especialidad en Consultas médicas DEPORVIDAS, CEM Llucmajor, QUIRON, DAVID LLOYD Madrid y CLINICA HUMANA Sport Center Medicine. Es cardiólogo de la plataforma MATRIX ROOM SPORTS, High Performance Support Center y editor de Runners.es


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